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El arte y la vida: homenaje al teatro

Madrid, 13 de septiembre de 2024 ─ El Teatro Real inaugurará el próximo 23 de septiembre su Temporada de ópera 2024-2025, con Adriana Lecouvreur, de Francesco Cilea (1866-1950), que nunca se ha presentado en su escenario, pese a la gran popularidad de este título.

Aunque el nombre de Francesco Cilea aparezca normalmente asociado a los de Pietro Mascagni, Ruggero Leoncavallo, Umberto Giordano o Giacomo Puccini como uno de los representantes del verismo -movimiento operístico de cuño realista y naturalista en boga en Italia en los albores del siglo XX- su ópera más conocida, Adriana Lecouvreur, podría considerarse, de cierta manera, la despedida del gran melodrama romántico italiano, sobre todo verdiano, con tintes veristas y la elegancia y refinamiento de la ópera francesa finisecular, sobre todo de Massenet.

La ópera, ambientada en el efervescente París de la Ilustración, está inspirada en la vida real de la legendaria actriz Adrienne Lecouvreur, idolatrada y defendida por Voltaire, que destacó por sus brillantes, sinceras y originales interpretaciones en la Comédie Française. Su enorme fama, amoríos, su relación con el mariscal Mauricio de Sajonia -pareja de la celosa Madame de Bouillon-, y su muerte en extrañas circunstancias, con apenas 38 años, han inspirado, ya en el siglo XIX, la obra teatral de Eugène Scribe y Gabriel Legouvé que sirvió de base al libreto de Arturo Colautti.

Pese a que la ópera confronta las emociones exacerbadas de la pasión de Adriana Lecouvreur y los celos de la princesa de Bouillon, que aman al mismo hombre, Cilea crea una partitura de gran elegancia y contención, que combina la intensidad dramática, la belleza melódica, la exquisita orquestación y una refinada sensibilidad lírica, capaz de expresar las complejas emociones de los personajes, desde el lirismo más íntimo a los estallidos de pasión.

David McVicar respeta estrictamente la época y los espacios del libreto, con una puesta en escena espectacular, en la que la tensión emocional de la trama y de la música fluye sin obstáculos, transformando el Teatro en un personaje vivo que, con su presencia omnipresente, influye y moldea el destino de los protagonistas.

La impactante escenografía de Charles Edwards, con su mezcla de cortinajes, maquinaria teatral y juego de espejos, y el opulento vestuario dieciochesco de Brigitte Reiffenstuel, crean una atmósfera melancólica anticipando el trágico final de la ópera, con una paleta cromática dominada por tonos dorados, ocres y púrpuras, que evocan el lujo decadente de la aristocracia y la libertad, siempre marginal, de la vida sobre un escenario.

En la interpretación del arrebatador papel de Adriana Lecouvreur se alternarán las sopranos Ermonela Jaho y Maria Agresta. Estarán secundadas por Elīna Garanča (princesa de Bouillon) -que debuta en el Teatro Real en una producción operística- Brian Jagde (Maurizio) y Nicola Alaimo (Michonnet), en el primer reparto; y Ksenia Dudnikova, Matthew Polenzani y Manel Esteve, en el segundo. Junto a ellos, actuarán el Coro Titular del Teatro Real, con dirección de José Luis Basso, y la Orquesta Titular del Teatro Real, bajo la experta e exquisita dirección musical de Nicola Luisotti, principal director invitado del coliseo de la Plaza de Oriente.