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LUDOVIC TÉZIER EN CONCIERTO

  • Ludovic Tézier regresa al Teatro Real el 3 de octubre, a las 19.30 horas, tras el éxito obtenido, hace menos de un año, con su interpretación de Rigoletto, en la ópera homónima de Verdi.
  • El barítono cantará junto a la Orquesta Titular del Teatro Real, bajo la dirección de Marcus Merkel, que debutará en el Real.
  • El programa, que alterna piezas orquestales, arias y escenas de ópera, tiene dos partes muy distintas: en la primera se escuchará ópera francesa y, en la segunda, ópera de Wagner.
  • Ludovic Tézier debutó en el Teatro Real en 2008 como Renato en Un ballo in maschera, interpretando posteriormente, siempre con mucho éxito, el conde de Almaviva en Le nozze di Figaro (2009), sir Riccardo Forth en I puritani (2016), El conde de Luna en Il trovatore (2019) y el papel titular de Rigoletto, en 2023.

Madrid, 30 de septiembre de 2024. – El próximo jueves, 3 de octubre, a las 19.30 horas, el Teatro Real ofrecerá el tercer concierto lírico de su Temporada 2024-2025, esta vez con el barítono Ludovic Tézier y la Orquesta Titular del Teatro Real, bajo la dirección de Markus Merkel, que debutará en el Real.

El programa, que alterna arias y obras orquestales, tiene dos partes muy distintas: en la primera Ludovic Tézier interpretará arias de ópera francesa, repertorio que domina y cuyos papeles protagonistas para barítono se ajustan a su voz poderosa y a su timbre cálido y oscuro, que, unido a una técnica impecable, le permiten afrontar roles muy diversos. La segunda parte será íntegramente dedicada a Wagner, con escenas de Tannhäuser, El oro del Rin y La valquiria.

El concierto comienza con el perfume tropical de la obertura de La perle du Brésil, de Félicien David (1810 – 1876), con el exotismo del gusto francés de fin de siécle y la clara influencia de Berlioz o Meyerbeer. Le sigue la primera aria, «Scintille, diamant» de Les contes d’Hoffmann, de Jacques Offenbach (1819 – 1880), en la que Tézier da vida a Nicklausse, cantando el amor y al arte, “deslumbrantes como un diamante”, para animar a Hoffmann en medio de sus desventuras. La orquesta continúa con el intermezzo del acto IV de la misma ópera, en unas páginas teñidas de melancolía y delicada orquestación que expresan la lucha interna de Hoffmann, entre la emoción y la razón.

Cambiando completamente de registro, en el aria «Sois immobile», Guillermo Tell, en la ópera homónima de Giacomo Rossini (1792 – 1868), le pide a su hijo que permanezca inmóvil mientras él se prepara para disparar una flecha a una manzana colocada sobre su cabeza, como parte de un cruel castigo impuesto por el gobernador. Es un momento lleno de tensión dramática, con el eterno conflicto entre el amor paterno y el deber político.

Después de la «Bacchanale» de Samson et Dalila, de Camille Saint-Saëns (1835 – 1921), pieza orquestal llena de contrastes, quizás el punto culminante de la ópera, anticipando la inevitable caída de Sansón, Tézier vuelve a enfundarse el traje de un rey, ahora como Enrique VIII en la ópera homónima de Saint-Saëns, reflexionando sobre el poder y el amor.

La primera parte concluye con Thaïs, de Jules Massenet (1842 – 1912). Después de la célebre «Méditation» pieza orquestal, interpretada al violín por Bertrand Cervera, Tézier interpretará "Voici donc la terrible cité", de la misma ópera, en la que Athanaël lucha contra la tentación de poseer a Thaïs, en un aria llena de exotismo y sensualidad.

La Orquesta Titular del Teatro Real inicia la segunda parte con el Preludio de Los maestros cantores de Núremberg, de Richard Wagner (1813 – 1883), que evoca, a través de una riquísima orquestación, la vida cotidiana de Núremberg, con su herencia cultural y sus tradiciones.

Le sigue «Wie Todesahnung… O du mein holder Abendstern», aria de Tannhäuser en la que Wolfram von Eschenbach expresa su amor idealizado por Elisabeth, a través de un ambiente etéreo que evoca la comunión espiritual entre ambos.

Sonará entonces la popular «Cabalgata de las valquirias», que antecederá al crucial monólogo de Wotan  «Abendlich strahlt der Sonne Auge» de El oro del Rin.

El concierto concluirá con otra conocida escena de la Tetralogía: la emocionante y trascendente «Wotans Abschied und Feuerzauber», en el final del tercer acto de La valquiria, en la que Wotan, profundamente dolido, se despide y castiga a su amada hija Brünnhilde, quien le ha desobedecido, en una profunda reflexión sobre el sacrificio y el destino.