PRÓLOGO
En la Louisiana rural, una pareja se ha citado junto a un lago. Mientras escuchan música y se besan, irrumpen los hermanos De Rocher. Todo transcurre en un momento de gran confusión: Anthony sujeta al chico, Joseph intenta violar a la chica. Anthony saca una pistola y asesina al chico. Ella grita al oír el disparo y Joseph, presa del pánico, la apuñala hasta que enmudece.
ACTO I
En Hope House, la hermana Helen Prejean está enseñando un himno a un grupo de niños. Explica a sus hermanas que ha aceptado la petición de un recluso para ser su consejera espiritual. Le advierten de los peligros de la decisión, pero ella mantiene con firmeza que ese es su deber. Mientras conduce su coche hacia la prisión estatal, reflexiona sobre su decisión. A su llegada, la recibe el padre Grenville, que la advierte de que De Rocher, el prisionero con el que va a reunirse, es inaccesible. Ella insiste que su deber es ayudarlo. El padre Grenville le presenta al alcaide, quien también la advierte sobre De Rocher. Se celebra la entrevista y la hermana Helen saca conclusiones que no se ajustan a aquellas advertencias. Encuentra a De Rocher comunicativo y se muestra dispuesta a no tirar la toalla. De Rocher le pide que hable por él ante la junta de indultos y ella accede. Así pues, ante la junta de libertad condicional, la hermana Helen, la madre y los hermanos de De Rocher ruegan la liberación del preso. Los familiares de las víctimas se muestran indignados: uno de los padres monta en cólera contra la familia De Rocher y se enfrenta a la hermana Helen. El dictamen de la junta de indultos llega enseguida: De Rocher no será perdonado y morirá por el crimen cometido, salvo que el gobernador interceda. Cuando la hermana Helen comunica la noticia a De Rocher, su furia se desata y acusa a la religiosa de abandonarlo. Ella le asegura que no lo abandonará, pero que debe admitir su crimen y pedir perdón. De Rocher la rechaza. La hermana Helen comienza a escuchar voces indignadas a su alrededor, incluso de sus estudiantes y sus hermanas, por prestar su ayuda a un criminal. Aturdida por las acusaciones, recibe la noticia de que el gobernador no ha accedido a conmutar la pena de muerte al reo, y pierde el sentido.
ACTO II
Un guardia entra en la celda de De Rocher para comunicarle que la fecha de la ejecución ha sido fijada. De vuelta en Hope House, la hermana Helen despierta de una pesadilla. La hermana Rose le ruega que deje de trabajar con De Rocher porque le está afectando la salud, pero ella lo considera su deber y no está dispuesta a dar marcha atrás. La tarde de la ejecución de De Rocher, la hermana Helen y el reo se encuentran en la celda, intentando aferrarse a cualquier tema ajeno a lo que va a suceder a continuación. Antes de dejarlo solo, una vez más la hermana Helen le ruega a De Rocher que confiese y que pida perdón por la atrocidad de su acto, pero De Rocher vuelve a rechazarla. En la última visita de su madre, De Rocher intenta disculparse, pero ella quiere seguir pensando que su hijo es inocente. Los padres de las víctimas esperan la ejecución y preguntan a la hermana Helen si ha logrado una disculpa del asesino. Ella tiene que aceptar que no ha logrado nada parecido, ante la consternación de las familias. El proceso ha destrozado a los padres, ha deteriorado hasta el límite los matrimonios, e incluso el padre de la chica lleva aparte a la hermana Helen y le confiesa que no está seguro de desear la muerte de De Rocher. Ante su inminente ejecución, De Rocher se entrevista una última vez con la hermana Helen. Esta vez, el reo se derrumba y lo confiesa todo. La hermana Helen lo perdona y lo invita a mirarla a ella durante la ejecución, porque va a intentar convertirse en su fuente de consuelo. El guardián escolta a De Rocher hasta la cámara de ejecución y le pregunta si desea decir unas últimas palabras. De Rocher se atreve a hacerlo: pide perdón a los padres de los adolescentes asesinados y lamenta el daño que ha causado. Comienza la ejecución y mientras De Rocher agoniza, encuentra las palabras para decirle a la hermana Helen que la quiere.
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Sinopsis de 'Dead Man Walking'
"No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido". Mateo, 7:1-2