¿Qué lleva a Otello a creerse traicionado por Desdemona, una esposa que nunca ha dejado de amarlo? William Shakespeare capturó de manera genial el poder demoledor de la inseguridad, otorgando al gran guerrero unos rasgos raciales insólitos en su entorno, que actúan como una suerte de poderoso talón de Aquiles.
ACTO I
Chipre, finales del siglo XIX. En medio de una violenta tormenta, el pueblo de Chipre espera el retorno de su gobernador y general de la flota veneciana, el moro Otello. Tras haber luchado contra los turcos musulmanes, guía a su armada victoriosa hacia puerto seguro. Durante su ausencia, ha llegado a Chipre el joven veneciano Roderigo, quien se ha enamorado de la nueva esposa de Otello, Desdemona. Iago, lugarteniente de Otello, que odia en secreto al gobernador por haber ascendido al oficial Cassio y no a él, promete a Roderigo que le ayudará a conseguirla. Mientras los ciudadanos celebran la vuelta de su gobernador, Iago prepara su plan para arruinar a Otello. Sabiendo que Cassio se emborracha fácilmente, Iago propone un brindis. Cassio rechaza beber, pero abandona sus buenos propósitos cuando Iago rinde homenaje a Desdemona, que es la favorita del pueblo. Luego, Iago incita a Roderigo a que provoque una pelea con Cassio, que ya está completamente borracho. Montano, el anterior gobernador, trata de separarlos, y Cassio le ataca también a él. Aparece Otello para restaurar el orden, furioso por el comportamiento de sus soldados. Cuando se da cuenta de que la conmoción también ha perturbado a Desdemona, anula el reciente ascenso de Cassio y manda salir a todos. Otello y Desdemona reafirman su amor.
ACTO II
Iago aconseja a Cassio que exponga su caso a Desdemona, alegando que su influencia sobre Otello garantizará su rehabilitación. A solas, Iago desvela su visión vacía y nihilista del género humano. Después hace comentarios desdeñosos sobre la fidelidad que Desdemona muestra hacia Otello, quien es presa fácil de los celos. Las sospechas de Otello se despiertan cuando aparece Desdemona para defender ante él la causa de Cassio. Otello se disculpa aduciendo dolor de cabeza, pero cuando Desdemona le tiende su pañuelo, él lo arroja al suelo. Emilia, esposa de Iago y doncella de Desdemona, lo recoge y Iago se las arregla para arrebatárselo. Cuando se queda a solas con Otello, Iago alimenta las sospechas del gobernador inventando una historia según la cual Cassio habría hablado de Desdemona en sueños, y él mismo habría visto que Cassio tenía en la mano el pañuelo de ella. Otello hierve de celos, convencido ya de que su mujer le es infiel. Los dos hombres se unen para jurar que castigarán a Cassio y a Desdemona.
ACTO III
Iago sigue urdiendo su trama y le dice a Otello que le demostrará que su mujer le engaña con Cassio. Cuando, poco tiempo después, Desdemona acude a Otello para interceder por Cassio una vez más, Otello vuelve a fingir que le duele la cabeza e insiste en ver el pañuelo perdido, que fue un regalo suyo. Al no poder enseñárselo, Otello la insulta y la trata como a una mujerzuela. A solas, Otello es presa de la desesperación y la autocompasión. Iago vuelve con Cassio y Otello se oculta para escuchar a escondidas su conversación, que el astuto Iago conduce de tal modo que hace creer a Otello que se refiere a la relación de Cassio con Desdemona. Cassio menciona el regalo de una admiradora desconocida y muestra el pañuelo revelador –que en realidad Iago ha puesto en la habitación de Cassio–. Otello está destrozado y jura que matará a su mujer. Iago promete que hará que Roderigo se ocupe de Cassio. Llega una delegación de Venecia para ordenar la vuelta de Otello y nombrar a Cassio como nuevo gobernador de Chipre. Ante esta noticia, Otello pierde el control y explota de rabia, vociferando insultos a Desdemona delante de la multitud reunida. Ordena salir a todo el mundo y finalmente se desploma presa de un ataque. Mientras se escucha en el exterior a los chipriotas elogiando a Otello como el «León de Venecia», Iago se burla de él: «¡Mirad al león!».
ACTO IV
Emilia ayuda a la afligida Desdemona a acostarse. Acaba de terminar el rezo vespertino cuando entra Otello y la despierta con un beso para decirle que la va a matar. Paralizada por el miedo, Desdemona vuelve a clamar su inocencia. Otello la estrangula con frialdad. Emilia entra precipitadamente con la noticia de que Cassio ha matado a Roderigo. La trama de Iago sale finalmente a la luz y Otello se da cuenta de lo que ha hecho. Reflexionando sobre su gloria pasada, saca su daga y se apuñala, muriendo mientras besa por última vez a su esposa.
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Sinopsis de 'Otello', de Giuseppe Verdi
"¡Oh, mi señor, cuidad con los celos! Es el monstruo de ojos verdes que se divierte con la vianda que le nutre; vive feliz el cornudo que, cierto de su destino, detesta a su ofensor; pero, ¡oh, qué condenados minutos cuenta el que idolatra y, no obstante duda; sospecha y, sin embargo, ama profundamente!"
Iago, Othello (Acto III, escena 3); William Shakespeare