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El Teatro Real rinde homenaje a Jeronimo Saavedra

  • La familia del político canario ha estado acompañada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente del Teatro Real, Gregorio Marañón, junto a otras destacadas personalidades del mundo de la política y la cultura.
  • La interpretación musical ha estado protagonizada por la soprano palmense Yolanda Auyanet y el pianista Javier Perianes, que han interpretado obras de Donizetti, Chopin y de los autores canarios Antonio González Santamaría y Diego García Cabrera.

Madrid, 18 de diciembre de 2023.- El Teatro Real ha celebrado hoy un sentido homenaje a Jerónimo Saavedra, histórico político canario y gran melómano, miembro del Patronato del Teatro Real desde 2018 -ya había sido miembro del mismo entre 2004 y 2011, cuando dejó la institución para ejercer como diputado del Común de Canarias-, fallecido el pasado 21 de noviembre en las Palmas de Gran Canaria.

El acto ha contado con la participación de su familia, acompañada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente del Teatro Real, Gregorio Marañón, junto a otras destacadas personalidades como la presidenta del Congreso, Francina Armengol; la vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero; el ministro de Cultura, Ernest Urtasun; la ministra de Igualdad, Ana Redondo; el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres Pérez; la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias, y la senadora Marta Saavedra, entre otros.

La emblemática Sala de Orquesta del Teatro Real ha sido el lugar elegido para ofrecer un concierto en memoria del que fue activo defensor y promotor de la cultura y de los proyectos de la institución, de su programación y de las iniciativas para acercar sus espectáculos  a todos los públicos. En ella, la soprano canaria Yolanda Auyanet, acompañada al piano por Riccardo Bini, ha interpretado el aria “E Sara… Vivi, ingrato… Quel sangue versato...”, de la ópera Roberto Deveraux, de Gaetano Donizetti, y la canción Siete rosas, de los compositores canarios Diego García Cabrera y Antonio González Santamaría, miembros del histórico grupo Los Huaracheros, convertida en un himno de exaltación de la belleza de las siete islas que forman el archipiélago que vio nacer a Saavedra.

El extraordinario pianista Javier Perianes, gran amigo del político pero, sobre todo del hombre apasionado por la música, ha querido participar con la obra Mazurkas, Op. 17. Nº 4, de Frédéric Chopin.

En su discurso de bienvenida, el presidente del Teatro Real, Gregorio Marañón, tras lamentar la pérdida del que fue su amigo durante tantos años, ha definido a Jerónimo Saavedra como “un político extraordinario que fue también una persona ejemplar”.

Tras sus palabras, los asistentes han escuchado la intervención de los patronos de honor del Teatro Real, Carmen Calvo y Alberto Ruiz-Gallardón, amigos, compañeros en la actividad política y en la pasión por la música y la cultura, quienes han destacado su formación humanista, su alma renacentista y su carácter de hombre libre.

El actual ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha subrayado que al igual que muestra el Rigoletto que está en cartel en el Teatro Real, para Saavedra siempre fue importante denunciar los abusos: "pocos como él eran conscientes de la necesidad de cuidar la democracia", ha añadido. 

En la clausura del acto,  el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha referido al Teatro Real como el lugar idóneo para un homenaje a Saavedra, por su vinculación con el Patronato y con la actividad de la institución y ha afirmado que “a lo largo de su trayectoria como servidor público dejó su impronta marcada por la integridad, el compromiso con la democracia, con el interés general y una enorme sabiduría”.

En nombre de la familia, su sobrina y actual senadora por Gran Canaria, Marta Saavedra, ha agradecido el cariño de un reconocimiento que les ha llenado de emoción y ha destacado como, en sus últimos años, pertenecer al patronato del Teatro Real “permitió que Jerónimo siguiera disfrutando de la que fue, sin duda, su gran pasión: la música. Y es que toda la vida de Jerónimo se podría sintetizar en una partitura compleja cuyas melodías, timbres y armonías convergen en un solo propósito: la transmisión serena de un legado de sabiduría para muchas generaciones”.