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Platel: "C(h)oeurs recoge también la revolución de los indignados"

El coreógrafo y director de les ballets C de la B nos cuenta en esta entrevista que publlicaremos íntegra en el próximo número de la Revista del Real su fascinación por el poder de la multitud y los últimos movimientos sociales.

Es un privilegio poder dedicar tanto tiempo a la preparación de una función’, nos cuenta Platel. ‘Me doy perfecta cuenta. Normalmente los regidores de una ópera suelen terminar el trabajo con el coro en nueve días. Pero para mí es el momento más sagrado: el periodo de creación en el que ves cómo surgen las ideas poco a poco.
C(h)oeurs se convertirá en una representación sobre el poder de la multitud, el grupo y el lugar que ocupa el individuo en él.  Tras haber montado funciones con música de Mozart, Monteverdi y Bach, C(h)oeurs empieza con pasajes de óperas para coro de Verdi y termina con grandes obras de Wagner.
¿Qué le fascina en Verdi? ¿Qué emociones provoca en usted su música?
Notas que la música de Verdi surge de una ambición profundamente humanística. Ese era su estímulo. Algunas de sus melodías son tan conocidas que ya casi parecen triviales. No obstante, hemos seleccionado “Va, pensiero”, de Nabucco, porque es una pieza para coro maravillosa y mágica. Se nota que esta música está en nuestros genes.
Saltar de Verdi a Wagner es dar un paso de gigante. ¿Cómo confluyen estos dos estilos en este proyecto?
El lenguaje corporal que estudio en mi trabajo, pertenece a la música de Wagner. Quizás incluso más que el de la música barroca con la que trabajo muy a menudo. Con la música de Mozart y Monteverdi funcionaba muy bien el contraste: entre el baile y el carácter juguetón de la música. Con Verdi y Wagner no existe tal contraste, pero sí la armonía.
Usted dice que el coro en escena es ‘peligrosamente bello’. ¿Lo puede explicar?
Un grupo siempre tiene algo tentador. Uno desea pertenecer al grupo, pero también existe el temor a perder la personalidad cuando perteneces a él. En un santiamén, la masa se puede tornar en contra de ti. Es algo que he experimentado como coreógrafo en este proyecto.
¿Cuál es la carga política de la masa?
Verdi y Wagner vivían en una época muy convulsa en la que florecía la pasión. Y esa pasión se usaba para evocar sentimientos de pertenencia y de asociación. Verdi y Wagner vivían en sendos países que todavía no eran naciones. A la Italia y la Alemania de entonces se les puede comparar con la Europa de hoy. ¿Permaneceremos juntos o nos separaremos? Son las grandes preguntas geopolíticas de siempre.
Juntos o por separado es también el tema central de la función: bailarines versus coro, el individuo versus la masa. Lo inconsciente versus lo racional. Tener voz propia o no. Lo atractivo de la exclusión. No era tan difícil recopilar imágenes para evocar estos conceptos, se encuentran en los medios.
El poder de la masa fue titular de muchas noticias el año pasado, especialmente por la primavera árabe. ¿Cómo lo ha vivido usted?
El coro y la masa reflejan de manera natural las revoluciones populares, desde la revolución de la patata frita en Bélgica hasta el movimiento Ocupa Wall Street o la primavera árabe.
Sobre todo la revolución en Egipto me ha impactado. Tenía algo de fanática, pero se diluyó pronto. La historia nos enseña que la revolución siempre devora a sus propios hijos. Y me pregunto, ¿qué tipo de trabajo tendrán los indignados dentro de una década? ¿Cuál será su lugar en el sistema? Estoy convencido de que los cambios se harán lentamente y de manera paulatina. Nunca de manera radical, no de un día para otro porque eso no son más que utopías.
Geert Van der Speten
De Standaard