- Entre el 30 de junio y 22 de julio, el Teatro Real ofrecerá 19 funciones de Madama Butterfly, de Giacomo Puccini, con dirección musical de Nicola Luisotti, que estará al frente de cuatro repartos y del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real en 16 representaciones. Luis Miguel Méndez dirigirá la ópera los días 5, 11 y 17 de julio.
- La dirección de escena de Damiano Michieletto se aleja del esteticismo orientalista para dejar al desnudo la crueldad del negocio de compraventa del que es víctima Cio-Cio-San, tal como aparece en el libreto: comprada al inicio de la ópera por un marino americano y ofrecida en venta a un príncipe japonés, cuando aquél desaparece.
- Cuatro parejas de fantásticos cantantes se alternan en los dos papeles protagonistas: en el rol titular, las sopranos Saioa Hernández, Ailyn Pérez, Lianna Haroutounian y Aleksandra Kurzak; y como intérpretes de Pinkerton, los tenores Matthew Polenzani, Charles Castronovo, Michael Fabiano y Leonardo Capalbo.
- Las funciones de Madama Butterfly están dedicadas a Victoria de Los Ángeles (1923-2005), inolvidable intérprete de Cio-Cio-San, en el centenario de su nacimiento, que se conmemoró el pasado 1 de noviembre. En colaboración con la Fundación Victoria de los Ángeles se expondrán en el Teatro Real vestidos de esta gran soprano, intérprete delicadísima, sensible y honda.
- El Teatro Real acogerá por primera vez una exposición de PhotoEspaña. Titulada Puccini fotógrafo, revela la curiosidad y sensibilidad del compositor en la exploración del arte de retratar, afición que cultivó a lo largo de su vida. Las imágenes ocuparán el vestíbulo, las escaleras imperiales y el óvalo de la tercera planta.
- Madama Butterfly se emitirá en directo en My Opera Player y Radio Clásica, de RNE, grabará la ópera para su posterior difusión.
- Paralelamente a las funciones de Madama Butterfly, el 23 de junio a las 11.00 y a las 13.00 horas, en la Sala Pacífico del Real Teatro de Retiro, los Pequeños Cantores de la ORCAM, bajo la dirección de Ana González, ofrecerán un concierto participativo titulado La casa del sol naciente, dentro del ciclo ¡Todos al Real Teatro!
El exotismo inspirador de los países lejanos, tan en boga en el arte y la literatura europeas del final del siglo XIX, dio a la ópera algunos antecedentes directos de Madama Butterfly: mujeres fascinadas con el hombre occidental, seductor y poderoso, que traicionan, por amor, los dogmas sagrados de su tradición y de su cultura, pagando con su vida esa transgresión, como sucede con las protagonistas de La africana (1865) de Giacomo Meyerbeer, o Lakmé (1883) de Léo Delibes.
Madama Butterfly es la sexta de las 10 grandes óperas de Giacomo Puccini (1858-1924) y su tercera colaboración con los libretistas Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, con los que ya había trabajado en La bohème y Tosca, siempre con gran tensión, disputas y desavenencias provocadas por el carácter difícil, obsesivo y perfeccionista de Puccini.
Las fuentes literarias de la ópera están fuertemente ancladas a una inquietante realidad: la impunidad con la que los hombres occidentales utilizaban sexualmente a las mujeres asiáticas, fascinados por su erotismo, misterio, delicadeza y servidumbre. Ese es el tema de la novela Madame Chrysanthème (1887), en la que el marino francés Pierre Loti describe como la ley japonesa permitía a los oficiales de las armadas realizar matrimonios temporales con geishas, generalmente a través de una transición económica, que quedarían disueltos tras un mes de abandono por cualquiera de las partes.
Pocos años después, al otro lado del Atlántico, John Luther Long publica Madame Butterfly (1898), basado supuestamente en un caso real que conoció su hermana durante una estancia en Nagasaki. Este breve relato fue transformado en pieza teatral, con gran éxito, por el dramaturgo y productor David Belasco -que volvería a colaborar con Puccini en La fanciulla del West- que la presentó en Estados Unidos y en Londres. Fue ahí que Puccini vio la obra, con tal conmoción que al final de la misma propuso directamente a su autor la compra de los derechos para la creación de su ópera homónima.
El libreto, estructurado por Luigi Illica y versificado el poeta Giuseppe Giacosa, tiene una dureza inaudita, contraponiendo la naturalidad con la que se negocia la compra y venta de una joven pobre e inocente para complacer los deseos sexuales de un marino foráneo, con la tragedia que vive la protagonista, enamorada de su seductor “marido” extranjero que la va a liberar de la miseria en la que vive.
Para conceder a la partitura la atmósfera oriental Puccini estudió el folclore japonés, los timbres de sus instrumentos, la sonoridad de las voces, los temas, ritmos y escalas más utilizados, articulando todas estas influencias con la música europea, en una relación finísima y sutil con la dramaturgia del libreto y la caracterización de los personajes.
Este “exotismo” musical potencia la riqueza tímbrica y armónica de su escritura orquestal, siempre refinada, fluida y epigramática, con hallazgos expresivos únicos, de grandísima belleza y plasticidad.
Para el director de escena Damiano Michieletto este mundo sonoro orientalizante que atraviesa toda la obra no necesita de ser reforzado con kimonos, biombos y abanicos japoneses que alejan, enmascaran y embellecen el terrible sufrimiento de la inocente Cio-Cio-San en su abnegado camino hacía madurez y el consciente suicidio.
En la producción concebida para el Teatro Regio de Torino, Michieletto despoja la ópera del esteticismo orientalista y sitúa la trama en la actualidad, en los suburbios de una bulliciosa ciudad asiática con carteles publicitarios y letreros de neón concebida por el escenógrafo Paolo Fantin, donde habita Cio-Cio-San, refugiada con sus sueños juveniles en una habitación de plexiglás.
Cuatro cantantes encarnan a esta joven enamorada, que se hace mujer a lo largo de la ópera: Saioa Hernández, Ailyn Pérez, Lianna Haroutounian y Aleksandra Kurzak. El ingrato papel de Pinkerton será asumido por los tenores Matthew Polenzani, Charles Castronovo, Michael Fabiano y Leonardo Capalbo. Completan el cuarteto protagonista las mezzosopranos Silvia Beltrami, Nino Surguladze y Gemma Coma-Alabert, como Suzuki, y Lucas Meachem, Gerardo Bullón y Luis Cansino, como Sharpless.
Madama Butterfly volverá al Real después de las 42 funciones con puesta en escena de Mario Gas, en la producción con más reposiciones desde la reinauguración del Teatro. La ópera llega ahora con el enfoque diferente y complementario de Damiano Michieletto, que nos interroga sobre la crueldad, el dolor, la humillación y el desengaño que viven las víctimas del turismo sexual de antaño y de hoy, en Japón o en los rincones de nuestras ciudades.